domingo, diciembre 9

SERIE UNO. JUEGO.

Uno. Simulacro.

Muñecas de cristal

Eran dos y estaban solas.
Y sin más se quedaron,
silenciosas como muñecas de cristal,
mudas de la verdad que las hacía un poco transparentes.

Porque a pesar de sus rostros apagados,
insomnes y apagados,
las palabras recorrían sus cuerpos
para hacerlas gritar de estar tan vivas.

-pero en silencio-

Así es como yo nunca me enteré
que esos ojos vidriosos, que esas tetas de porcelana,
escondían la vida, toda la vida.

Y pasé la mirada rauda,
por encima de las estatuas perfectas
de los cuerpos fríos y lisos.
De sus momentos de objeto
y de sus tristezas de mentira.


2 comentarios:

Claudia Curimil Hernández dijo...

Si la contemplación hacia las muñecas es una metáfora de algo más allá... pues no sabría qué decir,
lo que sí podría comentar es que hay algunas líneas que me parecen, que me llegan como claves en el poema...
El comienzo "Eran dos y estaban solas"... luego "mudas de la verdad que las hacía un poco transparentes"... cuando se introduce el yo "yo nunca me enteré que esos ojos vidriosos escondían la vida, toda la vida"... y al final "pase la mirada rauda... tristezas de mentira, momentos de objeto"...
como si su verdad era ese momento de objeto... pero tb fueron toda la vida...

mm chuta, yo creo que le sigo dando la vuelta... pero la última parte es la más hermosa del texto.

Leonardo Cofré dijo...

"Como a veces suele escucharse, en nuestra contemporaneidad la transgresión es parte de la regla. Ya no es su antípoda, sino su análogo. No obstante, Carandiru, o cualquier presidio que presente similares características, nos permite anticipar una metáfora de los tiempos que corren: aunque la regla se revista de simulacros o parodias en la lógica disciplinaria de los presidios, ella es una figura plausible de identificarse, constatarse, verificarse, y así, posible de ser criticada, desafiada y trascendida, aunque mal no sea en otras formas de simulación desvelada. Si bien es escurridiza, ella no escapa a la dinámica (aunque en crisis) del modelo disciplinario del presidio. Es la expectativa de orden, o de órdenes contingentes, lo que la canaliza en las diversas sociabilidades dentro de las instituciones totales. Por eso, el presidio simboliza el esfuerzo por eliminar la contingencia para transformarse en destino, en la representación de una estricta causalidad y una secreta teleología, un fin, una meta, la muerte, la rebelión, el encierro. No así, las sociabilidades fuera de los límites de los presidios resultan ser metáfora de un espacio fuera de la disciplina. La vida en libertad depara una condición social de ilimitadas dimensiones. Fuera de la disciplina se escapa del destino y se ingresa y enfrenta a un ambiente que otorga prioridad a la satisfacción de las necesidades de la autodeterminación".

* Carandiru fue una cárcel brasileña, que representa paradigmáticamente la crisis que viven los sistemas penitenciarios en la actualidad. Esta cárcel fue demolida el año 2002.

En "Tras los muros de Carandiru. Cuestiones sobre crítica, reglas y orden social", de Carlos Gardea. www.revistacontratiempo.com.ar/gadea.htm.